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Guía rápida para tomar decisiones informadas y acertadas
Tomar decisiones es una habilidad fundamental en el ámbito laboral. Ya sea que estés cumpliendo funciones en tu cargo, liderando un equipo o al frente de una gran empresa, tu éxito y el de la compañía dependen de las decisiones correctas que hagas. Sin embargo, no siempre se pega en el blanco y las decisiones escogidas pueden ser equivocadas, lo que ocurre mayormente cuando falta información, tiempo o cuando se debe tomar la decisión en medio de situaciones bajo presión o en medio de un conflicto.
¿Cómo tomar decisiones informadas y acertadas?
Tomar decisiones es un proceso que implica evaluar las distintas opciones para tomar aquella que es la más adecuada para alcanzar un objetivo. Para lograrlo, te recomendamos tener en cuenta estos aspectos:
- Considera todas las perspectivas
A veces, solemos creer que ya tenemos la respuesta y nos encerramos en ella. Tomamos decisiones apuradas y no nos detenemos a buscar otras alternativas. Antes de tomar cualquier postura, te recomendamos hacer una pausa y observar el problema desde todas las aristas que se te ocurran para encontrar otras perspectivas que te encaminen a nuevas respuestas.
- Gestiona tus emociones
Las emociones son uno de los aspectos que más influyen en la toma de decisión, pues son un gran motor que impulsa directamente a la acción. Para tomar buenas decisiones, es mejor que aprendas a gestionar saludablemente la emoción para que esta no se interponga y te lleve a actuar por impulso, dejando la razón de lado para elegir la más adecuada. Existen técnicas muy efectivas que pueden ayudarte a gestionarlas, como, por ejemplo, la práctica del mindfulness.
- Identifica adecuadamente el problema
Es necesario hacer un análisis en profundidad del problema para conocer la raíz que lo está originando. Este proceso radica en identificar los criterios que se ven involucrados y su relación entre los mismos, de manera a detectar qué es lo que está provocando el problema.
- Reúne toda la información que puedas
Evita quedarte solamente con lo que conoces del problema. Indaga sobre los antecedentes que existen y consulta con personas que conozcan del tema. Cuantos más datos relevantes obtengas, es más sencillo encontrar las posibles soluciones.
- Analiza todas las alternativas
Si tienes muchas alternativas posibles, es necesario que hagas un análisis de los pro y los contras de optar por cada, comparándolas para definir cuál es la mejor solución, considerando el resultado esperado y los recursos disponibles.
- Decide y actúa
Una vez recopilada la información y evaluado las alternativas, ¡es momento de actuar! Ahora puedes decidir conforme el estudio que has hecho del problema, los objetivos que deseas alcanzar y, en esta parte, considerando también tus valores personales, los cuales no pueden quedar totalmente fuera antes de tomar una decisión importante.
Posteriormente, debes comunicarlo a todos los involucrados y establecer un plan basándote en lo que has decidido.
- Haz una revisión
No olvides revisar los resultados que está dando tu decisión. ¿Logró el objetivo? ¿Va encaminado a resolver el problema? ¿Quién se benefició con esta decisión y quienes se vieron afectadas por ella? Considerar todos los impactos que ha tenido la decisión será de ayuda para aprender de los errores, tomar acción para revertirlos y mejorar las estrategias planteadas.
También, es importante estar al tanto del contexto en el que te encuentras y de las variaciones que surjan, ya que esto puede influir en la decisión que se tomó al inicio y sea necesario hacer algún ajuste en el plan. Recuerda, luego de tomar una decisión también es válido cambiar de parecer sobre lo que pensabas hace un tiempo atrás, ¡míralo como una oportunidad para mejorar!
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