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Cuando el ego frena el aprendizaje: claves para crecer continuamente
Vivimos en una era donde aprender rápido puede marcar la diferencia entre quedarse atrás o avanzar con fuerza. Y, sin embargo, uno de los mayores obstáculos para ese aprendizaje no es la falta de tiempo ni de recursos, sino algo más sutil: la necesidad de tener razón. En el ámbito empresarial, esta actitud puede bloquear nuevas ideas, limitar el potencial de los equipos y hacer que nos perdamos valiosas oportunidades de mejora.
En este artículo, invitamos a reflexionar a los líderes, emprendedores y profesionales que desean cultivar una mentalidad de aprendizaje continuo. Exploraremos por qué muchas veces preferimos tener razón antes que crecer, cómo identificar ese sesgo en nosotros mismos, y qué pasos concretos podemos tomar para cambiarlo.
- El ego: un freno silencioso al aprendizaje
El ego no es enemigo del crecimiento por sí mismo, pero puede serlo si toma el control de nuestras decisiones. Cuando nos aferramos a tener la razón, entramos en una lógica de defensa más que de aprendizaje. Todo lo que no encaja con lo que ya sabemos o creemos se percibe como una amenaza.
Esta necesidad de tener razón no solo afecta nuestras relaciones personales, sino también nuestras decisiones como líderes y emprendedores. Puede hacer que invalidemos ideas nuevas, resistamos cambios necesarios o, peor aún, dejemos de escuchar.
¿Por qué pasa esto?
- Porque admitir que no sabemos puede parecer una señal de debilidad (aunque en realidad es una gran fortaleza).
- Porque nos cuesta tolerar la incertidumbre de lo nuevo.
- Porque valoramos más tener la última palabra que entender nuevas perspectivas.
Romper este patrón no es fácil, pero es esencial si queremos mantenernos relevantes en un mundo que cambia cada vez más rápido.
- De la mentalidad fija a la mentalidad de crecimiento
Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Stanford, acuñó los conceptos de “mentalidad fija” y “mentalidad de crecimiento” de la siguiente manera:
- Mentalidad fija: cree que la inteligencia y las habilidades son innatas e inmodificables.
- Mentalidad de crecimiento: cree que todo puede desarrollarse con esfuerzo, práctica y aprendizaje.
Las personas con mentalidad fija sienten que equivocarse es un riesgo para su identidad. En cambio, las que tienen mentalidad de crecimiento entienden que equivocarse es parte del camino.
¿Te molesta que te corrijan? ¿Sentís incomodidad al no tener la respuesta perfecta? Esos son pequeños indicadores de una mentalidad fija en acción. Cambiar ese patrón comienza con identificarlo.
- ¿Cómo romper la barrera de “tengo la razón”?
A continuación, te dejamos algunas prácticas que podés implementar para adoptar una mentalidad de aprendizaje continuo:
- a) Entrená la humildad intelectual
Reconocer que no lo sabemos todo no es un signo de debilidad, sino de madurez. La humildad intelectual es la capacidad de decir: “puedo estar equivocado” sin que eso afecte tu autoestima. Esta actitud crea espacios de conversación genuinos, donde las ideas pueden ser desafiadas sin herir egos.
- b) Convertí el error en una herramienta
Cada error trae consigo información valiosa. En vez de buscar culpables o excusas, preguntate: ¿qué me enseña esta situación? Aprender del error requiere detenerse, observar y ajustar.
- c) Escuchá para entender, no para responder
Muchas veces escuchamos solo para preparar nuestra respuesta. Practicar la escucha activa —con atención plena, sin interrupciones— nos permite abrirnos a otras formas de ver las cosas. En esos momentos de escucha real es donde se produce el verdadero aprendizaje.
- d) Rodeate de personas que te reten
Un entorno que siempre te da la razón no es un entorno de crecimiento. Buscá personas que piensen distinto, que te hagan preguntas incómodas y que se animen a desafiarte (con respeto).
- e) Establecé espacios de reflexión
Un equipo que se detiene a revisar lo que aprendió, lo que falló y lo que podría hacer mejor, es un equipo que evoluciona. Aplicá esto también a nivel personal: ¿qué aprendiste esta semana? ¿De qué cambiaste de opinión?
- Beneficios de elegir crecer antes que tener la razón
Adoptar una mentalidad de crecimiento no solo te beneficia a vos como líder, sino que genera impacto en todo tu entorno laboral.
- Mejor toma de decisiones: Estás más abierto a nuevos datos, análisis más profundos y puntos de vista diversos. Esto te permite tomar decisiones más informadas y estratégicas.
- Innovación constante: Al liberar el miedo al error, se estimula la creatividad. Tu equipo se anima a proponer ideas nuevas sin miedo a “equivocarse”.
- Mejores relaciones laborales: La comunicación se vuelve más empática, honesta y colaborativa. Se fortalece la confianza y se evitan luchas de ego innecesarias.
- Liderazgo auténtico: Las personas confían más en líderes que se muestran humanos, que admiten no saber y que aprenden junto a su equipo.
- ¿Qué tiene que ver esto con el futuro de las empresas?
En un mundo laboral cada vez más dinámico, la capacidad de aprender rápido, desaprender lo viejo y adaptarse será una de las habilidades más valoradas. No solo a nivel individual, sino también organizacional.
Las empresas que sobreviven (y prosperan) son aquellas que cultivan entornos donde equivocarse no es un pecado, sino un paso. Donde hay más apertura que rigidez. Donde el foco está puesto en mejorar, no en tener razón. En ese contexto, el ego desmedido es un lujo que ya no podemos darnos.
Cambiar la pregunta “¿quién tiene razón?” por “¿qué podemos aprender de esto?”
Este es un pequeño, pero gran paso. En tiempos donde el aprendizaje constante se vuelve esencial, entrenar nuestra humildad, abrirnos al error y elegir el crecimiento sobre el orgullo puede marcar la diferencia entre estancarnos o avanzar.
No se trata de resignar opiniones, sino de construir una mentalidad que valore más el proceso que el aplauso, y más la evolución que la perfección. Porque crecer, después de todo, ¡es un acto de valentía!





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